CÁDIZ, MIÉRCOLES SANTO: Una luz viaja desde El Pópulo y Santa María hasta la Alameda

Un taxista con canas de experiencia y volante confesaba no haber visto nada igual. No le faltaba razón. Las caravanas de vehículos con devotos llegaban hasta la puerta de los Astilleros de toda la vida. Había ganas e impaciencia por llegar al centro. No hay mucho sitio para aparcar, pero tampoco para ver las procesiones porque el gentío de ayer era importante y repartió sus devociones entre Santa Cruz, con la salida de Luz y Aguas, Santo Domingo y Merced, con las estaciones de penitencia de Cigarreras y Sentencia y La Alameda con la austeridad y contrapunto que siempre aporta el Caminito.

Luz y Aguas
Repartiendo respeto
En la esquina de la calle Obispo José María y Rancés, un grupo de cargadores se talla en el interior de la peña Hermanos Cirineos. Ellos simbolizan lo que es una verdadera hermandad, la que tiene la obligación de repartir mejor ese sentimiento porque para eso es la única que tiene tres pasos. Son los portadores del caballo y saben mucho de devoción y respeto como en Luz y Aguas y ayer lo volvieron a poner de manifiesto. En el interior de la Catedral Vieja hay mucha gente, pero también mucho silencio, sin necesidad de mandar a callar a nadie. Al contrario que el día anterior en San Antonio muchos sacerdotes se dejan ver por el lugar como el que fuera pregonero de la Semana Santa, Marco Antonio Huelga, el director espiritual de las hermandades de Santa Cruz, Guillermo Domínguez y el párroco de San José Óscar González Esparragosa. Entre los presentes, el último pregonero de la Virgen de la Luz, Antonio Macías Geneiro. Desde el altar, el hermano mayor, José Manuel Silva anuncia que el regreso a la iglesia el Pilar en extramuros tendrá lugar en la madrugada del próximo domingo. El director espiritual dirige la oración que se sigue con atención y respeto y, posteriormente, el que fuera hermano mayor, Antonio Moreno, organiza la procesión. Enorme el recuerdo que tuvo para Manolo Cabaña, antiguo miembro de junta que falleció en la víspera del día de Reyes. Previamente se le entregó a la señora un cuadro con los titulares. El nuevo capataz del San Juan, Juan Manuel Nondedeu, dirige la maniobra y el reducido paso se reencuentra minutos después con la multitud en Fray Félix. Los miembros de la cuadrilla del misterio, comandados por Gerardo Navarro, ocupan su lugar en el palo. En la presidencia marchaba el teniente alcalde Ignacio Romaní, reciente premio Longinos de la hermandad. A las cinco y diez asoma por el cancel seguido de una atronadora ovación. Dentro, Francisco Coto adiestra a sus cargadores y, a ruedas, se inicia la maniobra. Sobran voces, al contrario de lo que sucede con el paso del Cristo. Pero la resuelven con extraordinaria solvencia gracias a gente tan experimentada como el que fuera capataz Manolo Puche, felizmente recuperado. A las cinco y media está en la calle. Suena el Himno Nacional y la Dolorosa avanza camino del Campo del Sur acompañada por los sones de ‘Corpus Christi’. En el interior del templo algunos se quedan colocando las flores enel paso del Medinaceli, aromas previos que nos anuncian la gran Madrugada nazarena.

Cigarreras
Sabor añejo
Expectación grande la que se vivía a los alrededores de la Iglesia de Santo Domingo. La cofradía de las Cigarreras realizaría su estación de penitencial como cada Miércoles Santo, acompañada por un nutrido grupo de hermanos nazarenos. A las 17.10 de la tarde, cinco antes de la hora establecida, se abrían las puertas del templo para dar paso a los tramos del paso de misterio del Señor de la Salud. Tras la representación del Ayuntamiento en la persona de Jesús Tey, el cuerpo de acólitos anunciaba la llegada del paso comandado por los hermanos Martín y sus auxiliares que cumplen 15 años como capataces de la Hermandad de Las Cigarreras. La Agrupación Musical de la Sagrada Cena interpretaba el Himno Nacional provocando un sonoro aplauso del respetable. Tras la maniobra de salida se llevó a cabo la primera levantá, ordenada por los parados encerrados en el convento de Santo Domingo. Tras el Señor, una notable sección de penitenci. Los tramos con capirote verde de las secciones de la Virgen. Numerosa presencia de mujeres ataviadas de mantilla daban el tradicional toque del Miércoles Santo. A las 17.25 horas, el palio de la Virgen de la Esperanza, con sus candelabros de cola restaurados, realizaba su salida procesional. La pregonera de la Esperanza de este año, Pilar Rodríguez realizó la primera levantá pidiéndole a los cargadores que pasearan a la Esperanza, esa que necesita todo Cádiz, como ella se merecía. Acto seguido, con los sones de la marcha ‘Cigarrera’ interpretada por la Banda de Jesús Nazareno de San Fernando, la comitiva cigarrera avanzaba camino de la carrera oficial.

Sentencia
Sin sitio en La Merced
No cabía un alfiler en la plaza de la Merced para presenciar la salida de la hermandad de la Sentencia. En el interior del templo, los hermanos de fila formaban los respectivos tramos del paso de Misterio. El hermano mayor Miguel Ángel Peñalver tomaba la palabra para desearles a los hermanos una buena estación de penitencia. Acto seguido el director espiritual, dirigía una oración por los hermanos difuntos para dar paso a la apertura de las puertas del templo mercedario. A las 18.10 minutos, la cofradía de la Sentencia comenzaba su desfile procesional. Los tramos del Señor discurrían por la calle Jesús de la Sentencia y el paso de misterio, exornados por claveles rojos, comenzaba su maniobra de salida, muy difícil por la estrechez de la puerta pero que la cuadrilla de cargadores de Francisco Gallardo supo superar con creces. Sones del Himno Nacional para saludar la salida de Cristo, interpretados por la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario que con ‘Cristo del Amor’ daba pie al lucimiento del espectacular paso, gracias al buen hacer de sus cargadores. Tras las secciones de la Virgen, el paso del Buen Fin, exornada con claveles y rosas blancas, comenzaba a moverse en el interior del templo para comenzar su maniobra de salida. El capataz del paso de palio Manuel de la Jara mandaba lentamente para salvar los escalones de la puerta de salida del templo. Una vez puestos los cuatro zancos del paso, la primera levantá se daba por el difunto hermano Carlos Noguera. Emoción y buen hacer de la cuadrilla a los sones de la marcha ‘Madre de los Gitanos Coronada’ interpretada por la Banda de Música Pedro Álvarez Hidalgo de Puerto Real. Después de la difícil bajada por la calle Jesús de la Sentencia la Dolorosa se introducía en la plaza de las Canastas donde el gentío acumulado la recibía con palmas. Seguidamente por la plaza de San Juan de Dios avanzaba para incorporarse a la carrera oficial por la calle Pelota.

Caminito
El sol muere con Angustias
Una paleta de colores del naranja al rojo tiñe las fachadas de la Alameda. El sol cae y quiere reposar sobre el regazo de las Angustias. Ayer, el balcón gaditano a la Bahía fue naturaleza muerta por un día. Los árboles del Paseo San Carlos quisieron morir de pena al ver a la madre con su hijo muerto. Poco a poco el cortejo salía de la capilla Corpus Christi asestando un puñal de dolor, por cada tramo, hasta llegar a siete. Y es que los 550 hermanos que acompañaron a la tristeza del Caminito lo hicieron repartidos en siete secciones nombradas con cada uno de los dolores que Simeón profetizó a la Virgen. Momentos antes de que llegara el ansiado momento por los hermanos de las Angustias de acompañar a su madre, se produjo una de las grandes escenas de la tarde, esta vez, en la calle Isabel la Católica. Allí, el equipo de mayordomía se afanaba en el montaje del paso en plena calle. Candelabros, cruz, sudario o respiraderos contribuyeron a crear la típica estampa de la Señora. Mientras en el convento, la misa finalizaba y las puertas se abrían para dejar salir al nutrido acompañamiento. Las primeras composiciones de la capilla musical Virgen de las Angustias comenzó a desgranar las primeras notas y el cortejo se puso en marcha hacia otro de los puntos más emotivos de la tarde: el convento del Rebaño de María. Allí, la emoción rompió en llanto en un público numeroso que no pudo contenerse ante los cantos de las franciscanas. Con un paso sobrio y sencillo, hacia adelante, las andas comandadas por el mítico José Luis Pájaro viraron hacia la Alameda para la alegría de los fotógrafos cofrades. Allí se produjo el tercer momento emotivo de la tarde. El sol recortaba la silueta de la Virgen sentada al pie de la Cruz mientras, el solemne y cuidado cortejo pasaba la puerta de la capilla de las Angustias y se acercaba a Cristo de la Vera-Cruz. Poco a poco la Señora se fue alejando y la Alameda quedó muerta y fría con sus calles traspasadas por tres puñales. Aún quedaban más de cuatro horas en la calle para ser traspasada por otros cuatro puñales más. Los suficientes para que Cádiz se enterara del dolor de las Angustias. Los necesarios para que la Alameda reviviera al filo de la madrugada al ver a su madre en casa.

La Voz de Cádiz.