SEVILLA, SÁBADO SANTO: Sevilla descubre al Sol

Del luto del día pasó a la alegría desbordada en el barrio del Plantinar. Un recorrido delicioso, el del Sol, al igual que el olor a azahar de los naranjos del barrio. El paso por el Postigo y por el barrio del Arenal, a plena luz del sol, hacía la metáfora perfecta en el Sábado Santo. Especialmente emotiva fue la venia, solicitada por el que fue hermano mayor, Francisco Javier Parrado. Tras concederla, un sonoro aplauso sonó en el inicio de la Carrera Oficial para dar la bienvenida a la nueva hermandad.

Elegante cortejo, lleno de detalles y símbolos de tiempos pasados y otros que innovan como el tamaño de los capirotes o el color verde de las túnicas de ruán, estaba formado por 180 nazarenos que mantenían una amplia distancia entre ellos para espaciar a ambos pasos. Muy emotiva fue la levantá «por los ángeles que se fueron al cielo y nos dejaron sus órganos» del Varón de Dolores. Tras Él, la Virgen del Sol, muy hermosa, acompañada de la Magdalena y San Juan Evangelista. Todo sencillo, pero cuidado. El palio es todo un lienzo cargado de elementos innovadores como los guardabrisas delanteros o los respiraderos y varales de madera, que no dejan indiferente a nadie. Y después de descubrir al Sol, a la ciudad le entró la nostalgia de cada Sábado Santo con los Servitas, la Trinidad, el Santo Entierro y la Soledad. Llamó la atención el conjunto de la Piedad de los Servitas, recién restaurado en el Iaph, en el que la luz del sol dejaba apreciar la policromía renovada del Cristo de la Providencia y de la Virgen de los Dolores. Hermosísima la Virgen de la Soledad que, desde que estrenara el manto bordado, dispone de un mayor realce si cabe en el palio. Un incidente, al sufrir un síncope un nazareno de esta hermandad en la calle Francos, obligó a detener durante unos minutos a la cofradía para que accediera la ambulancia para evacuar al nazareno.

Por su parte, en la Soledad de San Lorenzo, un problema con el perno de la diadema retrasó casi media hora la salida de la Virgen, aunque no se notó en los horarios oficiales. Como cada año, la única música que acompañó a la Virgen fueron las innumerables saetas que se le cantaron durante el recorrido. Este año se regularon las de la entrada y que tanto deslució el año pasado.En cuanto al cortejo cívico-religioso del Santo Entierro, fue la primera vez que el arzobispo Juan José Asenjo presidió la cofradía. Al mismo tiempo, pudo ser el último en el que acompañara con vara el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, que escuchó cómo le pitaban los palcos de la Plaza de San Francisco. La Virgen de Villaviciosa iba preciosa ataviada.

La última Esperanza cerró el Sábado Santo. Cómo se mueve el palio que cobija a la Virgen de Astorga. No se puede decir lo mismo del Decreto. Demasiados cambios en la forma de andar del paso alegórico. Por su parte, el paso de las Cinco Llagas puede ser la última vez que saliera, ya que la hermandad tiene previsto estrenar uno nuevo. Y quién sabe si no cambian de disposición las figuras del misterio.

ABC Sevilla.