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jueves, 1 de abril de 2010

MÁLAGA, MIÉRCOLES SANTO: Un día de altos vuelos

Por la mañana, los paracaidistas se lanzaron desde el cielo a las playas de Malagueta. Por la tarde, las palomas revoletearon en torno a su Virgen. Fue un día de altos vuelos porque Salesianos, Fusionadas, Paloma, El Rico, Sangre y Expiración se encargaron de que así lo fuera.

Por primera vez en sus veinticinco años de historia, los nazarenos de Salesianos salieron del santuario de María Auxiliadora. El trono lo hizo desde un 'tinglao' montado en la calle Santa Leocadia. Los primeros toque de campana los dio el pregonero de Salesianos de este año, José Luis Ramos. El trono, al desembocar en Eduardo Domínguez Ávila, fue recibido a los sones de 'He ahí a tu Madre', interpretada por la banda de cornetas y tambores del Cautivo. Momentos después, Conchi Claros cantó una saeta a pie de trono.

En la parte de atrás de la cruz del Cristo de las Penas figuró el escapulario de la Virgen de Gracia, en desagravio por la rotura de su palio. Un angelito sostuvo el cetro de María Auxiliadora. A lo largo del recorrido se repartieron 5.000 estampitas del Cristo de las Penas. Salesianos hizo estación de penitencia en la Catedral. Las estaciones del vía crucis las leyeron un hombre de trono y un nazareno.

Dos horas exactamente transcurrieron desde que se abrió la puerta de la iglesia de San Juan y se puso en marcha el cortejo de Fusionadas hasta que el último miembro de la banda de música de Carmona abandonó el templo. Fueron 120 minutos de variedad. La procesión fue recibida por una saeta cantada, en la calle San Juan, por Lourdes Montiel. Más tarde, desde el hotel Larios, Diana Navarro cantó una saeta a la Virgen del Mayor Dolor a petición de Antonio Banderas.

Los primeros toques de campana al trono de Azotes y Columna los dio el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; en el de la Exaltación lo hizo el hermano mayor de la Esperanza, Manuel Harras, ya que el trono de la Exaltación lució restauradas y doradas las antiguas cabezas de varal del trono del Nazareno del Paso. El general de la Brigada Paracaidista, Juan Gómez de Salazar, tocó en el Cristo de Ánimas de Ciegos, y el alcalde de Álora, José Sánchez, en el Mayor Dolor.

La banda de cornetas y tambores de Fusionadas tocó dentro del templo la marcha 'Funeral de la reina' y 'Cristo de la Exaltación'. El Cristo de Ánimas de Ciegos fue recibido por la Brigada Paracaidista a los sones del 'Bolero militar' y, seguidamente, interpretó 'La muerte no es el final del camino'. Fue uno de los momentos más emocionantes de la salida. Y es que los paracaidistas son una seña de identidad indisoluble y aportan distinción y singularidad a Fusionadas.

La Virgen del Mayor Dolor fue saludada por la banda de música de Carmona con la marcha 'Reina de San Juan', interpretada antes del himno nacional.

La Paloma dedicó su desfile procesional al que fuera su anterior hermano mayor, Antonio Valero del Valle, que falleció el pasado año. Su bastón figuró en el frontal del trono del Señor de la Puente del Cedrón y su escapulario y martillo, en el frontal del trono de la Virgen de la Paloma. Su viuda, vestida de nazareno, dio los primeros toques de campana en el interior de la casa hermandad.

José Enrique Carretín vivía ayer su primera procesión como hermano mayor. «Espero que sea espléndida como se merecen los malagueños», comentaba a la salida, vistiendo su túnica de mayordomo de trono de la Virgen.

No falta a su cita con la cofradía malagueña el que fuera alcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano, hermano mayor honorario de la Paloma, que recibió numerosos aplausos por donde discurría el cortejo. Él iba en la presidencia, junto a cinco concejales del Ayuntamiento de Madrid, Bomberos, Protección Civil y Samur. También salió de forma extraordinaria en la presidencia el árbitro auxiliar de fútbol Victoriano Giráldez, que se despide del arbitraje.

Entre los hombres de trono de la Paloma se encontraba el parlamentario andaluz del PP Fran Oblaré. Lleva veinte años bajo los varales. «Es que soy muy marianista», dijo, en su doble vertiente del término. El trono de la Virgen empezó a navegar en una concurrida plaza de San Francisco a las 20.15 horas exactamente.

Vieron la salida de esta cofradía el que fuera portavoz del grupo parlamentario socialista y ex concejal en el Ayuntamiento de Málaga, Eduardo Martín Toval, y el matador de toros malagueño El Monaguillo. Desde un balcón siguió el inicio de la procesión la periodista Curri Valenzuela y desde la balconada interior de la casa hermandad, la marquesa de Rocamora, que se desplaza desde Madrid para vivir la Semana Santa de Málaga.

¡Qué alegría ver a los ex hermanos mayores de la Sangre en torno a su archicofradía! Gran parte de esa unidad hay que atribuírsela al nuevo dirigente de la hermandad, Mario Moreno de la Cruz. En la presidencia se vieron ayer a Ricardo Berrocal y a José Santiago, y a Antonio Iranzo, metiendo el hombro en el trono del Cristo. Una convalecencia postoperatoria impidió que se sumara al cortejo Antonio Mateos. Y la avanzada edad de Jaime Gross, que fue hermano mayor en la mitad de los cincuenta, le imposibilitó estar presente.

Responsabilidad
Mario Moreno vivió anoche su primer desfile como hermano mayor. Iba de mayordomo de trono de la Virgen de Consolación, pero con los nervios a flor de pie. «Yo he ocupado otros cargos en la junta de gobierno, pero la responsabilidad no es la misma. Ya me lo decían los anteriores hermanos mayores», afirmaba a SUR poco antes de la salida.

No faltó en la procesión el Pendón de Castilla, que fue portado en esta ocasión por el delegado de Defensa, Miguel Ángel Gálvez Toro, con escolta de Infantería. El presidente de la Diputación de Burgos, Vicente Orden, lleva veinte años en la presidencia del Cristo. Junto a él salieron tenientes de alcalde del Ayuntamiento burgalés y de la Casa de Castilla y León en Málaga.

El encierro tenían previsto llevarlo a cabo sobre las dos de la madrugada en la calle Álamos, a la altura del Palacio de Crópani, cuyo gerente, Antonio Pacheco, dio todas las facilidades. Moreno explicó que se ha cambiado la ubicación para evitar que los tronos estuvieran semi volcados en la confluencia de las calles Dos Aceras y Carretería.

Diario Sur.

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