HASTA SIEMPRE!!
Inicio_._______Especiales_________Carteles del Blog_________Colaboradores_________Enlaces

Todo sobre las

domingo, 4 de abril de 2010

CÓRDOBA, VIERNES SANTO: La doble carrera oficial

NO bulle la plaza de San Miguel ni las Doblas como tampoco lo hace la calle Jesús y María al paso de la procesión de la Virgen de los Dolores. Ni tan siquiera la plaza de la Compañía en la salida del Santo Sepulcro o la calle Capitulares en el caso de la Expiración. Llama bastante la atención que la ciudad rezume más tranquilidad que en jornadas anteriores, sobre todo si se tiene en cuenta que el Viernes Santo desfilan algunas de las cofradías con más historia de la ciudad. Los cordobeses parecen sufrir esa especie de resaca cofrade que les deparó el Jueves Santo y la Madrugada y tardan más en salir de sus casas. Es ahora cuando los turistas ganan terreno, en el sentido más estricto de la palabra, a los ciudadanos que hacía escasamente 24 horas se arremolinaban y amontonaban en céntricas calles como San Pablo, Alfaros, Alfonso XIII o Capitulares, por citar tan sólo algunas de las vías de mayor tránsito en días previos.

El entorno de Las Tendillas se encuentra algo más calmado que con otras procesiones y no ofrece esa habitual sensación de agobio. Es entonces cuando hay que detenerse a analizar el paso rápido de la Hermandad de los Dolores, no sólo por la velocidad que imprimen al cortejo, sino también porque sus nazarenos van de tres en tres y eso aligera en gran medida su tránsito hacia la Catedral. Dejan a un lado Las Tendillas y la calle Jesús y María y Blanco Belmonte la cruzan en apenas 30 minutos.

Esa premura lleva a pensar que el sagrado lugar al que se dirigen tiene algo especial. Hacia allí van todas las corporaciones que celebran su estación de penitencia en esta jornada de la Pasión previa a la conmemoración de la Pascua de Resurrección, una circunstancia que invita a crear una carrera oficial oficiosa y paralela a la que discurre entre Claudio Marcelo y Las Tendillas. A diferencia de esta última, en el paseo por el primer templo de la Diócesis faltan palcos y sillas, pero la bulla que no existe en el centro de la ciudad se ha trasladado a este punto del Casco Histórico. Hasta los bares, restaurantes y quioscos de arropías se encuentran repletos y hacen su agosto aprovechando el tirón de la Semana Santa. Así lo reconocen incluso los responsables de algunos de estos negocios, que aseguran que no han parado de trabajar durante todo el día pero que la intensidad es aún mayor al filo de las 18:30, justo cuando la cofradía servita se aproxima a la calle Judería.

El trasiego es más que notable desde la misma plaza Agrupación de Cofradías y hasta las calles por las que no pasan las procesiones se encuentran completamente abarrotadas por parte de esas personas que tratan de encontrar una vía de escape para salir o acceder a esta segunda carrera oficial que han conformado las cofradías del Viernes Santo. La Catedral y el estrecho callejero que llevan a ella se han convertido por méritos propios en el centro neurálgico y eso hace que la carrera oficial haya perdido fuelle en esta jornada.

En efecto, también hay menos cordobeses en el barrio de la Catedral, pero los que huecos que han dejado -algunos seguramente ha aprovechado el largo puente de Semana Santa para viajar a otros puntos- los ocupan numerosos turistas que han llegado de manera masiva. Su presencia se hace más que evidente al presenciar grupos organizados que están dirigidos por un guía y otros de menos integrantes que caminan, cargando mochila y ojeando el mapa y el guión de itinerarios procesionales, por el entorno del templo diocesano.

Tal es la sensación de que calles como Deanes y Judería o el Patio de los Naranjos forman una segunda carrera oficial en la capital que el despliegue policial es allí más amplio. Agentes de la Policía Local y Nacional se sitúan en lugares estratégicos para cortar el tráfico y velar por la seguridad en las calles. El debate sobre la presencia de la Semana Santa cordobesa en la Catedral lo abren el público al hablar sobre lo que están viendo. "El mejor sitio para contemplar las procesiones es éste", señala un joven mientras se hace un hueco en las inmediaciones de la Puerta de las Palmas. Hay quien destaca que lleva desde las 17:30 guardando sitio y otros que hasta presumen de haber comido en uno de los restaurantes próximos "para vivir el Viernes Santo desde bien temprano".

Otra de las grandezas de esta segunda carrera oficial del Viernes Santo cordobés es que todas las hermandades llegan por el mismo sitio a pesar de tener procedencias tan dispares como las de la Virgen de los Dolores o el Descendimiento, radicadas en la plaza de Capuchinos y el Campo de la Verdad, respectivamente. Una tras otra van cruzando los arcos de la Mezquita y, en total, suman cerca de cinco horas de estaciones de penitencia en este enclave del Casco Histórico de la capital. Los Dolores es la primera corporación que llega. Lo hace a las 19:30, todavía con algún que otro rayo de sol que se va escondiendo y deja amplias zonas de sombra.

A la hermandad servita le sigue el Santo Sepulcro, la Soledad, la Expiración y el Descendimiento -por este orden-. La opinión de los asistentes es muy dispar, pero todos coinciden en que la belleza que ganan los cortejos al pasar por este lugar es sobresaliente. Luego surge el debate de si todas las hermandades deben o no llegar a este templo. Algunos consideran que hay procesiones que llegan desde muy lejos y les sería "muy difícil" cubrir el recorrido. Otros aseguran que todos esos escollos son "superables fácilmente con voluntad".

El Día de Córdoba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario