Comenzó el devoto besamano a Nuestra Señora de la Esperanza. Un año más, la Parroquia de Santa Ana se convertirá durante unos días en un hervidero de fe, en un auténtico santuario en el que venerar a la Madre de Dios al regalarnos Ella su cercanía. Todo el pueblo acude ya para postrarse a sus plantas y dejarse cautivar por esa mirada profunda de ojos negros que marcan el rumbo y el sentido de nuestras vidas.
Para esta ocasión, el equipo de priostía ha instalado un altar digno de una Reina, como siempre, utilizándose para su montaje diversos elementos como los antiguos respiraderos de la Virgen de los años 20 y que hoy pertenecen a la Hermandad del Nazareno de Salteras, las columnas de la antigua carreta del Rocío de Triana, los candelabros del paso de la Divina Pastora de San Antonio, la gran corona que realizara hace escasos años Orfebrería San Juan para el Gran Poder de Bollullos de la Mitación, y las lámparas de la Asunción de Cantillana a excepción de la central, que procede de un anticuario de la sevillana calle Baños. A todas estas personas y corporaciones nuestra más sincera gratitud. Así mismo, la Esperanza estrena para estos cultos una nueva mantilla.
La Pasión de Andalucía. Redacción.
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